Pages

Pros y contras de estar gorda vol. I

Vol. I: Los contras.

Ser gorda y atravesar el pasillo de un autobús/avión/butacas. En serio, qué les costará hacerlo un pelín más anchos? No hablamos de metros, pero 4cm ayudarían y casi ni se notarían.

Sentarte con alguien en un autobús. Que da igual que sea conocido o desconocido, la cuestión es que o dejas medio culo en medio del pasillo, o aplastas a tu acompañante. Y vale, que ese sujeto ya sabe que estás gorda cuando decide compartir asiento, pero hay veces que te dan gamas de comprar dos billetes para no pasar el mal rato.

Y ni hablar de volar con compañías low cost. Menos mal que son vuelos cortos, y en tres horas aprox puedes bajarte, pero ¡eso es inhumano! La última vez que volé con ellos, por inclemencias del tiempo, tuvimos que quedarnos allí sentaditos sin despegar 40 minutazos!! ¡¡Cuarenta!! Más las dos horas y media que duraba el vuelo... ¿Sabéis lo que es eso? Piernas dormidas desde el minuto 3. 

Y lo de levantarse a hacer pis en medio del cine/teatro... Por necesidad, en el cine me levantaría mucho. Normal, me ponen esos cubazos de palomitas con trece kilos de sal provocando sed... Y tanta sed me obliga a beberme una coca cola de un litro (light, eso sí) en media hora. Pero no me levanto porque mi señor culo tendría que abofetear a todos los incautos que comparten mi fila. Eso sí, cuando empiezan los créditos finales huyo en estampida hacia el baño más cercano.

Si tus curvas están repartidas como las mías (es decir, que eres todo piernas y culo), lo siento amiga, pero los vaqueros boyfriend no están hechos para ti. Deja de intentarlo. No luches. Te lo digo por experiencia. Te recuerdo que esos pantalones tienen corte de chico y, reconócelo, ¿cuántos chicos culones conoces? Y cuidado con los pantalones con rotos... Porque de pie, pueden sentarte estupendos, pero en el momento que te sientes, tus lustrosas piernas harán lo posible para escapar de su cárcel vaquera formando una apetecible mollita de chicha. Y todo el mundo querrá tocarla. Es MI MOLLITA.

Las sillas de las terrazas de los bares. ¿En serio? Qué monas, qué diseños, qué rejillas, qué fresquitas metálicas en veranito. ¿En serio? ¡Duelen! Primero te cuesta sentarte, porque los reposabrazos están a una distancia prudencial. Prudencialmente justita. Y luego, cuanto más rato pases sentad@ en ellas, tus carnes irán cogiendo la forma de la silla y cayendo entre sus rejas, clavándose y haciendo daño. Y si vas de cañas y se te pira un poco el panchito, corres el riesgo de tener que llevarte la silla a casa.

Ir de compras con tus amigas las sílfides. Porque puedes tener suerte, tener un grupito de tu misma condición e ir a las mismas tiendas en las que hay cosas chulísimas de tallas grandes, pero las hay que no somos tan afortunadas y tenemos amigas que compran en tiendas en las que a nosotras no nos entran ni los collares... Yo procuro evitar ir con ellas para no deprimirme cuando se prueban una 38 y les queda grande. 

Ese limbo entre las tallas grandes y las normales del que ya os hablé el otro día. Too fat/too small.

Ir al gym/hacer deporte. ¿Lo habéis probado? ¿No os sentís observadas? ¿Juzgadas? Decenas de ojos críticos que piensan "Mira la gorda, cómo suda. Le chocan los michelines. Hipnótico como una lámpara de lava" y tú ahí, intentando guardar la respiración para que no te entre flato, con la cara roja como un cochinillo asado y con ríos de sudor cayendo por tus sienes. Al más puro estilo Bridget Jones. ¿No? ¿Soy la única?
 
 
Y en la piscina/playa, cuando estrenas ese bañador (y digo bañador, no bikini, que yo soy así), y te ves tan fashion, tan estilosa y elegante, que te compras hasta una pamela a juego para que tu pelo juegue con la brisa debajo de ella y en el espejo de casa pareces una diva, creyéndote ASHLEY GRAHAM. Y llegas a la playa/piscina y hace aire y la pamela se vuela, se te pone el pelo en la cara, te rebozas cual croqueta por la arena y lo que tú pensabas que iba a ser tu posado del verano se convierte en un "oh dios mío, que no me haya visto nadie"... 

Y no voy a hablar de tener uniformes que se compran en tiendas standar en lugar de tener sastre. Porque en el mejor de los casos, te ponen los polos de los chicos, y en el peor, te pasas la temporada pareciendo una morcillita "bienapretá".
 
Y hasta aquí puedo leer. Estaré encantada de recibir vuestros contras. Seguro que se me han olvidado mil más, pero os prometo que por cada uno, hay un "pro" esperando el próximo post.
 
 
Feliz jueves y fin de semana gordit@s míos.
 
Bg.

0 comentarios:

Publicar un comentario