Pages

Quien bien te quiere, te hará llorar.

7 comentarios
Hoy vengo a contaros mis experiencias en familia. Lo que para mí ha significado ser la "gordita" de la casa. Lo que ha significado ser la mayor de tres primas muy muy delgadas teniendo sobrepeso. Lo que ha sido escuchar comentarios constructivos o no tan constructivos por parte de mis seres queridos.


Eso que dicen que "quien bien te quiere, te hará llorar". A mí me ha pasado en propia persona. Muchas veces. Recuerdo varios comentarios. Algunos con más gracia que otros. Algunos incluso los recuerdo con cariño. Otros los llevo clavados.


Uno de los primeros comentarios que recuerdo fue por parte de mi padre. Mis padres, los dos, han sido siempre muy delgados hasta que llegamos mi hermano y yo. Mi madre debe ser que ensanchó con eso de los embarazos. Mi padre dejó de fumar cuando yo tenía 2 años. Aún así, tienen los dos unas piernas muy finas y bonitas. Yo, tengo estas piernas y este culo desde que nací. Siempre he sido así (kilo arriba, kilo abajo). 

Un día estábamos sentados en la cocina, cenando. Más de una vez he tenido que escuchar comentarios del tipo "yo creo que ya has comido bastante", pero esa vez fue distinto. Era verano. Mi padre estaba sólo con un pantalón corto, yo con un pijama de verano, con pantalón corto y camiseta de tirantes. La frase fue "¿Tú te has fijado? ¿Lo ves normal? Tengo yo menos pierna que tú." ¡Zas! ¿Podéis imaginar cuánto duele algo así? Esa noche lloré sola en mi habitación. Mucho.

Obviamente, no le guardo rencor a mi padre. Soy consciente de que lo hacía por mí, por mi salud. Pero lo cortés no quita lo valiente. Y ese comentario aún resuena en mi cabeza.



Otros comentarios que recuerdo además muy constantes eran por parte de mi abuela paterna. Era la típica abuela que te dice "Uy, ¿no estás más gordita?". Comentarios que hacían daño, claro, porque con el resto de mis primos sólo se escuchaba "Qué alto y qué guapo está Iñaki" (Iñaki es mi hermano, algún día os lo presentaré, porque sí, porque es jodidamente guapo, jodidamente alto y jodidamente delgado) o "¿has visto qué guapa se está poniendo Cristinita?". Y a mí me daban ganas de decirle con mucha gracia y salero eso de "sí, yo más gordita y tú más vieja", pero siempre he sido más de morderme la lengua y tragar veneno.


De los que más gracia me hacen es cuando mis tíos maternos hablan de cuando mis primos y yo éramos pequeños. Que Sergio y yo éramos los bebés más guapos. Que yo era la más rica porque siempre pedía mimos, pero el único capaz de aguantarme en brazos era mi padre porque pesaba mucho. Tampoco me daban chucherías. Jamás tomé más de medio potito. Y nunca he probado la leche entera. No tenía bikinis, siempre en bañador.


Queda feo decirlo, pero yo tengo una abuela favorita. Hace un año que se fue, pero sigue estando conmigo. Y quizás ella ha sido una de las más duras en lo que a comentarios se refiere. Recuerdo haber tenido cientos de cabreos con ella porque me decía cosas cómo "¿Todo eso vas a comer?". Luego intentaba arreglarlo diciéndome que era sarcasmo, pero no siempre colaba. Pero con ella me atrevía a contestar. Era otra relación. "Sí abuela, todo eso, y media barra de pan. Y lo mismo de postre me como dos natillas" 

Una vez hasta me tiró del pelo para quitarme un pañuelo que me había puesto y me dijo que así no salía de casa. No entendía mucho que a mí me gustaba ser diferente.


Y bueno, qué deciros de "las primas". No es que recibiese comentarios suyos, pero es que soy la prima "gorda"Por parte de mi padre, sólo somos dos chicas, pero como la diferencia de edad es más notable, no es tan acusado el cambio de tallas (¡hola Cris!. Por parte de madre, somos 3 chicas, y muchos chicos. Y entre todos sólo nos llevamos un año cada uno. Mis primas, para que os hagáis una idea, son dos pivones. Una (¡hola Lici!) hacía ballet (imaginad qué palillito era) y la otra (¡hola Patri!) entre lo tísica y lo negra, parecía una niña saharaui. La primera, tiene un verde de ojos precioso. La segunda tiene una belleza racial increíble. Intentad haceos respetar con este par a los lados. Yo era la prima gorda. Y aunque ahora mis primas hayan ensanchado caderas, sigo siendo la prima gorda. Y seguiré siendo la prima gorda aunque ellas cojan 100 kilos y yo pierda 30. Moriré siendo la prima gorda.


Es cierto, quien bien te quiere, te hará llorar. La diferencia está en que lo que llores se te atragante dentro, o seas capaz de dejarlo ir. En mi caso, he perdonado todos y cada uno de los comentarios que he recibido en casa y adoro pasar tiempo en familia.


Buenas noches.

Bgo.


Cirugías innecesarias.

0 comentarios
¡Buenos días!

Vuelvo con mucha más fuerza y con muchas cosas que contaros. ¿Habéis oído lo de Tess Munster? Genial, ¿eh? Y lo de la pasarela Curvies de la última edición del MBFW, brutal... Muchas curvy-news tengo pendiente de contaros, pero hoy no podía dejar de comentar esto...



Los creadores de "Meg Ryan, alias: El Joker"






Y los productores de "Renée Zelwegger" también conocida como: "¿Dónde estás Renée?"





Presentan...

Uma Thurman o la mujer de Marte.





Sí, queridas lectoras. Si habéis contemplado horrorizadas el cambio de Meg con los años, y moristeis del susto hace unos meses con la nueva Renée, esto os dejará patidifusas.

Y es que mi querida Uma Thurman, musa de Tarantino (director cuya adoración sólo es superada por Tim Burton en mi filmoteca), ha decidido que se ha hartado de su cara y que era mejor cambiarla por otra nueva.

Atención a la paradoja. Nosotras, "simples humanas de a pie", destrozadas por una baja autoestima. Nosotras, cuyo mundo está regido por cánones de belleza que se inspiran en ellas. Nosotras, soñando con levantarnos un día y ser una de esas actrices. Y ellas, pensando que no son suficientemente guapas y haciendo estas atrocidades con sus caras. Y lo peor de todo, pagando.

Me encanta encantaba Thurman, es una de mis actrices favoritas, quizás por mi pasión por Tarantino, quizá por su brillante carrera. Y entiendo que tuviera problemas de autoestima en el instituto, con 15 años, un metro ochenta de altura y un 43 de pie (ya sabéis lo cruel que es la adolescencia), pero no ahora que es una mujer hecha y derecha, que ha trabajado como modelo para diseñadores como Louis Vuitton y que ha protagonizado películas tan importantes y taquilleras como Pulp Fiction (y es que uno no se pude llamar cinéfilo si no la ha visto). Incluso, voy un paso más allá, puedo entender que tenga bajones de autoestima y que no se guste cuando se mira al espejo, porque de pequeña sufrió dismorfobia (trastorno psicológico que genera una imagen distorsionada del propio cuerpo), pero hay soluciones alternativas y mucho mejores a la cirugía. 

Siempre creí que era de esas actrices que se revelan contra el uso del botox y la cirugía. Una de esas pocas que entienden el paso de los años y lo lleva con orgullo, con una personalidad fuerte y un físico carismático que la hacía ser ella misma. Me equivoqué. Otra que se me cae del podium. 





¿Qué os parece? Comparad y decidme si no estaban mil veces más guapas antes de pasar por el quirófano.

Juventud, divino tesoro. Tengo compañeras de trabajo que me sacan unos 10 años, y siempre están "Uy, los treinta..." "Yo este año dejo de cumplir" "Quién tuviera los veinte años otra vez". Y lo mismo con los años cambia mi percepción, pero a día de hoy, yo soy de las piensa que hay que vivir cada año y etapa a su ritmo, sin preocuparse de cuántos años tenemos. Y me apetece seguir cumpliendo años. Y montar una macrofiesta cuando lleguen mis 30, y mis 40 y ni qué decir cuando lleguen los 50. Tengo muchas ganas de ver la vida pasar, con mis arrugas, mis defectos, mis chichillas colganderas y mi piel grasa. Y con lo que venga. 


 
Esto es to, esto es to, esto es todo amigas.






Actualización 20/02/2015

¡¡ERA MAQUILLAJE!! Sí, por más que nos cueste creerlo, la nueva cara de Uma era maquillaje... Vuelve mi querida Thurman al podium de superwomans. Apareció días después en una entrevista en televisión, con su rostro de siempre, comentando "al parecer a la gente no le ha gustado mi maquillaje". Todo esto nos ha dejado mucho más tranquilas.

Y me parece genial que experimente con los maquillajes, pero este último no era nada favorecedor. Por favor... No vuelvas a maquillarte así. Nos gustas mucho más con tu maquillaje natural.



Y antes de despedirme, no podía irme sin agradecer el apoyo que me brindáis. Gracias a eso es por lo que sigo adelante y por lo que hoy tenéis algo nuevo que leer. Y por lo que me tendréis que seguir aguantando :)



Buenos días.

Bgo.



Feliz primer blogiversario.

3 comentarios
Un año... 

Un año hace ya que comencé con esta aventura que para mí es Con Curvas. Un año en el que me he conocido a mucha gente y he aprendido muchas cosas. Un año que me ha servido para conocerme mejor y ser más consciente de mi cuerpo, mi autoestima y lo que quería conseguir.


Y es cierto que en gran parte no he conseguido mi objetivo. En mi primera entrada os conté que este blog era una especie de terapia, un blog de auto-ayuda para mejorar mi autoestima. Y no siempre es así.

Llevo varios días sin escribir, y no porque no haya tenido tiempo, ni porque no haya temas de los que hablaros, o looks que mostraros. No. La razón de que me haya retrasado en los últimos posts, es que no encuentro la fuerza necesaria para aconsejar o recomendar nada. Hace días que me siento muy a disgusto con lo que veo en el espejo (y os puedo asegurar que soy la misma, grano arriba, grano abajo). 


No sé explicarlo. Supongo que el no tener mucha vida social también contribuye. No encuentro muchas ocasiones para arreglarme en condiciones, subirme a unos taconazos y poder andar como si fuese Beyoncé en Crazy in love. Pero es una situación angustiosa. Maquillarte, pensar un look, peinarte, y hacerte fotos en las que te ves espantosa, y que el espejo refleje todo lo que tu cabeza piensa. Y el constante picor detrás de los ojos.



Y antes de que se adelanten los listos de turno, no, no tiene que ver con mi peso. Siempre he sido una chica gordita y no siempre he tenido problemas de autoestima. Incluso cuando he estado más "delgada" (dentro de todo lo delgada que puedo estar yo, que es llevar una 42), he estado baja de autoestima. Creo que es más un problema de actitud. Eso y que el Corte Inglés trabaje con tallas diminutas. 


Y es que por reyes, me regalaron unos zapatos monísimos para trabajar, pero con un tacón un poco de abuela. Fui a cambiarlos, y con eso de las rebajas me sobró dinero para más de un trapito. Y después de tres días de intensas búsquedas, la única ropa que me valía era la de la sección de Tallas Especiales de Señora. Y no digo mujer, porque la ropa que había allí era de señora, señora. De hacerme parecer 15 años más, para que os hagáis una idea. Así que mis rebajas se han visto reducidas a un libro, un cd, un par de zapatos para trabajar y un futuro mantel a juego con mis cortinas. No, eso tampoco ayuda a fomentar el autoestima de nadie. 


Y sé que debería plantarme en pie de guerra y denunciarlo y criticarlo en vez de venirme abajo, pero hay veces que simplemente no se puede... Pero bueno, supongo que es una racha, y como todo, acabará pasando...




Feliz primer Blogiversario Con Curvas.